5.8.07

De los andares y los regresos.

Hay veces que quiero volver. Volver a algún momento en que las cosas parecían tener un orden (si es que existe tal momento). Mi cabeza vuelve una y otra vez. No sé muy bien a dónde vuelve, pero me lleva y yo vuelvo. Tácitamente desando un camino para encontrarme de nuevo en un punto y ver cómo sería agarrar un atajo; o agarrar el camino largo aunque no me lleve a un lugar común, un lugar que conozco...aunque no me lleve a ningún lado.
Todos volvemos. Volvemos a llamar a esa persona que una vez nos lastimó pero que vuelve a nuestra mente después de alguna noche de pensar en la cama. Volvemos a abrir nuestro cuerpo a esa persona que alguna vez fue algo y ahora vuelve a aparecer, con otra forma pero un significado casi idéntico. Volvemos a cometer un mismo error (o no) porque el alma vuelve a pedirnos una salida y nosotros se la hacemos fácil (o se la damos como podemos).
Lo gracioso de volver es esperar que ese regreso implique desandar lo que pasó en el medio...lo que pasó entre volver y no volver. Digo “lo gracioso” por no decir “lo terrible”. En verdad, depende de qué espere cada uno de esa vuelta. Se siente raro, entonces, cuando no es lo que uno espera: cuando volver no implica borrar ese lapso que ahora queda colgando como una tripa suelta y ajena, cuando no es lo mismo (aunque antes hayamos cerrado bien los ojos y apretado bien los dientes y pedido a quien sea que todo volviera –volviera- a ser como antes), cuando nos damos cuenta que volver no es desandar sino recordar y punto. Porque queda algo. Siempre queda algo del momento en que uno no vuelve. Y cuando vuelve ese algo está.
Entonces volver es imposible como hecho infalible: nunca se vuelve más que con eso que no se toca (llamémosle alma, mente, o espíritu). Volver no se vuelve, desandar no se desanda. Se reincide, cierto. Uno se repite, y pretende que ÉSTA vez las cosas salgan como no salieron la vez anterior (la vez a la que queremos volver pero no podemos).
Es curioso, me parece. Ahora que las cosas están tan raras, y que algunas cosas están “volviendo” a aparecer -personas, eventos, sensaciones, recuerdos- me doy cuenta (o al menos pretendo entender) que todo tiene un determinado ciclo, un determinado momento para repetirse, aunque con otra cara, otro color; y en otro momento, claro...porque volver no se vuelve. Sólo se avanza.



3 comentarios:

Anónimo dijo...

ay, gise, gise

como que creo (creo?) que sé de que estas hablando siempre un poco
y es algo bueno... no? como que vos querés decir algo y sin que lo digas del todo yo te entiendo igual...
obvio, le saca el misterio y eso, pero a veces está bueno que con algunas personas no tenga que haber misterios ni secretos y nos podamos querer y aceptar igual
va, no sé, yo siento que te entiendo. y siento que vos a mi me entendés.

DEJA DE SER INFELIZ y escribí sobre cosas lindas que también te pasan a veces!

te quiero giselooo

Anónimo dijo...

flor de puta resentida
flor de puta resultaste ser

(se me vino a la cabeza...
sin connotaciones de ningún tipo)

gato

Anónimo dijo...

ay yo te apoyo
me gusta
te entiendo
me entendes
me gusta